Muchas veces los beneficios de la automatización solo están en las reflexiones de las áreas de innovación o de los directores de sistemas, incluso en algunas áreas de negocio. Sin embargo, la adopción de un nuevo modelo de operación en el que conviven personas, algoritmos y robots, es primordial para avanzar en nuestros negocios. Es esto, sí debe estar en la mente de un director general.
Si bien la mayoría de las direcciones de las empresas están adoptando tecnologías emergentes como parte de sus iniciativas de transformación digital, es posible que aún no sean conscientes del futuro de la hiperautomatización, una tendencia que está teniendo un impacto significativo en la empresa.
Hiperautomatización
El nuevo vocablo creado por Gartner, Hiperautomatización, sinónimo de Automatización Inteligente, unifica tecnologías como la automatización robótica de procesos (RPA), la IA, el aprendizaje automático, la analítica de datos e incluso la minería de tareas y procesos.
La introducción de todas estas tecnologías de manera combinada va a permitir incrementar la velocidad con la que se ejecutan los procesos de negocio, e incluso permite la creación de nuevos negocios fruto de esa automatización.
La hiperautomatización es la automatización a mayor velocidad e integrando varias tecnologías con diferentes capacidades.
El mundo está cambiando y la empresa que desee tener un futuro necesita agilidad, unificación, velocidad y colaboración. En una palabra, necesitará hiperautomatización.
Desde hace poco tiempo se están implementando proyectos de RPA (Robotics Process Automation), de Inteligencia Artificial, de analítica de datos, sin embargo, el reto de la empresa debe ser: fusionar, colaborar, delegar y coordinar para proporcionar valor a los clientes de una manera más rápida y económica. Eso es automatización, la unión de varias fortalezas para crear una mayor.
La novedad sobre la hiperautomatización es que toma la idea de que un flujo de trabajo puede reunir a diferentes tipos de trabajadores coordinados en el análisis de la información y la ejecución de los procesos.
En la mente del director general debe estar como posiciona a su empresa en la provisión de valor a sus clientes, pero también como lo hace posible, y para ello debe reflexionar sobre el modelo de operación. No es un dilema entre persona o máquina, sino como integrar el trabajo de máquinas, software y personas para obtener las mejores capacidades de cada uno de ellos.
Las nuevas tecnologías, permiten eliminar el trabajo de menos valor y repetitivo de las tareas habituales de las personas. Esto hace que el trabajador puede aportar todo su potencial, dedicando el tiempo adecuado para esas tareas en las que realmente se necesita las capacidades humanas.
La tecnología se ha convertido en la espina dorsal que sostiene a los negocios, y por tanto debemos aprovechar todo su potencial. Por tanto, el Director General debe tratar de aprovechar al máximo. Es un cambio cultural, y no solo tecnológico. Primero, dar cabida a las capacidades humanas para que no sean fagocitadas por estas nuevas tecnologías. Todavía ahora, la inteligencia artificial no es ni siquiera comparable a la inteligencia humana. Y Segundo aprovechar la tecnología para mejorar la empresa. Es cierto, que la tecnología avanza más rápido que las empresas y los cambios que se producen ellas. Y ahí es donde está el reto. La empresa que aproveche mejor y más rápido los avances será la que se coma la mayor parte del pastel. Y el pastel son los clientes y los ingresos que generan.
Adaptación al contexto tecnológico
La clave de la evolución de las empresas está en adaptarse al contexto tecnológico de cada época. Las que no lo hagan, irán languideciendo hasta desaparecer. En este sentido las empresas deben dotarse de organizaciones flexibles y agiles cuyo objetivo sea adoptar las tecnologías más necesarias para su negocio, aprender nuevas maneras de trabajar, combinar capacidades humanas con las tecnologías y, sobre todo dejar de pensar en el pasado. Es una situación que genera vértigo porque todos estamos más confortables en empleando conocimientos y experiencias pasadas que siendo novatos en las nuevas. Pero si no avanzamos hacia un aprendizaje continuo de los trabajadores y de las empresas en su conjunto, no habrá evolución.
Una de las características de la automatización es la rapidez con la que se automatizan los procesos. Si pensamos en modelos tradicional de integración o desarrollo basados en codificación, estamos hablando de semanas vs meses, incluso de que sean viable o no. Las empresas deben ser rápidas no solo en identificar que hacer, sino en ejecutar ese cambio. Y es aquí donde la agilidad de los proyectos automatización pueden destacar sobre otros.
Romper las barreras
Una de las características de la tecnología de hiperautomatización es su carácter transversal. La tecnología debe permitir romper las barreras interdepartamentales, y pensar en la eficiencia del proceso completo. De nada sirve que haya departamentos agiles, si siguen existiendo cuellos de botella que impiden la entrega de valor cuando se espera recibirla. Y esto es algo que los clientes identifican inmediatamente cuando interactúan con las empresas. El cliente no desea saber en qué departamento está el problema, sino que su solicitud sea resuelta cuanto antes mejor. No debemos olvidar que no hay clientes cautivos, y que si no están contentos, se irán. Una de las mejores maneras de identificar esos cuellos de botella, es mediante la minería de procesos, que en los últimos años ha pasado de un análisis segmentado por herramientas a soluciones basadas en inteligencia artificial que son capaces de obtener la información transversal sobre los caminos óptimos en los procesos y los cuellos de botella. Estas herramientas no solo nos ayudan a mejorar la eficiencia mediante este análisis, sino a tomar decisiones sobre la automatización de ciertos procesos, y de manera transversal.
Por otro lado, es en la interacción con los clientes donde mejor podemos aprovechar las capacidades humanas para interactuar con ellos, buscar la solución, en vez de buscar al culpable para eximirnos de la responsabilidad. Eso es algo que al cliente no le importa. Para proporcionar mejores soluciones, a veces, es necesario disponer de toda la información del cliente que se dispone, y es aquí donde la tecnología de automatización permite integrar varios sistemas para tener una visión 360º del mismo. La tecnología nos proporciona herramientas para atender mejor al cliente. Nos complementa.
El camino hacia la hiperautomatización
En esencia, la hiperautomatización aprovecha el poder de múltiples tecnologías para reunir a empleados, sistemas y robots de automatización para trabajar hacia los resultados y objetivos de una empresa.
Para saber si una empresa está lista para la hiperautomatización es necesario revisar varios factores, entre otros:
- Visión y madurez de la organización en términos de tecnología. Si es una empresa altamente tecnificada y ágil en su adopción.
- Que grado de sistemas legacy se tiene para dar soporte al negocio de la empresa.
- Como es la cultura de la empresa, y su motivación para el cambio.
- Como la dinamiza entre departamentos, colaboran o son silos aislados.
Si bien los beneficios de la hiperautomatización superan las inversiones, las empresas deben ser realistas sobre su capacidad para asimilar los cambios que probablemente implica la hiperautomatización. Para estar preparadas para el cambio, no solo tienen que mirar el aspecto tecnológico sino también los aspectos culturales.
Otra consideración importante es la velocidad de implementación. Identificar mejor los procesos a automatizar y disponer de una buena gestión de esa demanda para tener así un cronograma realista de la hoja de ruta.
Antes de embarcarse en un viaje de hiperautomatización, cada organización debe alinearse con tres objetivos clave: ingresos, costes y riesgos. Es necesario que las empresas encuentren respuestas a preguntas clave como: ¿Al implementar la hiperautomatización busco obtener una mejor eficiencia, mayor calidad, reducción de errores o de costes? ¿Cuáles son los riesgos asociados con la implementación? ¿Podrá la empresa asignar los recursos necesarios para tener éxito en la implementación? ¿Está alineada la visión de la empresa y sus departamentos para implementar la hiperautomatización? ¿Los resultados de esta automatización beneficiarán a los clientes? ¿Quien liderará la automatización en la empresa?
Las empresas deben resolver estas preguntas para iniciar el camino hacia l automatización.
Autor: Marcos Navarro Alcaraz (Info)
Experto en Automatización de procesos
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